Ester Mocholí Ferrándiz, Rectora de la Universidad Villanueva, ¿qué te cuentas?

El pasado 1 de julio, la Universidad Villanueva abrió una nueva etapa dando la bienvenida a Ester Mocholí Ferrándiz como su nueva rectora. Doctora en Derecho y con una sólida vocación por la gestión educativa, Ester cuenta con una destacada trayectoria en cargos de alta dirección académica, habiendo liderado con éxito el crecimiento de facultades, la implementación de nuevos programas y la dirección de unidades de formación en diversas instituciones universitarias. Hoy conversamos con ella para conocer, más allá de la gestión, su mirada sobre la educación y las personas que la hacen posible.

Ester Mocholí Ferrándiz, rectora de la Universidad Villanueva.

¿Cómo valora el nivel de acceso o la preparación de los estudiantes cuando llegan a la universidad?

Es habitual pensar que antes los estudiantes llegaban mejor preparados, pero hoy vemos perfiles con competencias muy valiosas que antes apenas se trabajaban: el trabajo en equipo, la comunicación, el pensamiento crítico o el aprendizaje por proyectos. Estas habilidades son esenciales en este mundo cambiante y encajan en el modelo universitario que surge de él: una universidad que convierte al alumno en protagonista de su aprendizaje. Ahora bien, debemos seguir impulsando hábitos como la lectura profunda, porque son la base para desarrollar criterio y pensamiento crítico.

¿Qué pautas daría a un estudiante para elegir universidad?

Más allá de la elección de la carrera, que ya supone un gran ejercicio de responsabilidad, aconsejo valorar aspectos que realmente impactan en su desarrollo: la empleabilidad de los egresados, la calidad del claustro, la metodología de aprendizaje y las oportunidades para crecer con todo lo que no es estrictamente académico. También es importante conocer la experiencia real: visitar el campus, hablar con estudiantes y antiguos alumnos. Al final, ser universitario es una experiencia vital y cuanto más puedan acercarse a ella antes de tomar la decisión, mejor elegirán.

¿Qué titulaciones hoy tienen mayor empleabilidad?

Junto a las titulaciones que siempre han ofrecido amplias salidas, como Administración y Dirección de Empresas (ADE) o Derecho, las titulaciones del área de salud, son una apuesta segura, al igual que las disciplinas tecnológicas. Además, observamos un renovado interés por las titulaciones del ámbito de social y humanístico, como el análisis de datos, la comunicación o el liderazgo, especialmente en sus versiones de dobles titulaciones.

¿Cuáles son los retos actuales del sistema universitario?

Vivimos un momento de reformas legislativas que, me temo, no redundarán necesariamente en una mejora del sistema. Más allá de ello, tanto las universidades públicas como privadas afrontamos tres grandes retos.

En primer lugar, anticiparnos a las necesidades del mercado laboral a cinco y diez años vista. La irrupción de la inteligencia artificial marca esta transformación, y si la empleabilidad nos importa, como es nuestro caso, debemos adelantarnos a este escenario.

En segundo lugar, formar a los estudiantes durante el grado como verdaderos profesionales en sus áreas. En algunas instituciones, la preparación práctica se deja para el posgrado, pero ese enfoque debe adelantarse: el máster no puede ser un quinto curso. La universidad debe trabajar estrechamente con las empresas, el mercado y las instituciones para que la formación sea completa y real.

El tercer reto es en potenciar la excelencia académica mediante un claustro mixto integrado por profesionales en activo y académicos. Esta combinación incuestionable en el ámbito sanitario, deberíamos aplicarla a todas las áreas. La actual normativa actual, sin embargo, no lo facilita.

Si pudiera decirle algo a “los que mandan” (las autoridades públicas), ¿qué les diría que hace falta para que el sistema educativo mejore?

Los retos señalados para la universidad son, en gran medida, aplicables al conjunto del sistema educativo. Echamos en falta anticipación y visión de futuro para los estudiantes; una mejor preparación para su tránsito a la universidad y al empleo; más libertad para incorporar a los itinerarios curriculares asignaturas que se revelan necesarias; mayor flexibilidad y menor intervención ideológica. En suma, una propuesta sería y consensuada.

¿Qué destacaría de la Universidad Villanueva?

Lo que mejor define a la Universidad Villanueva es su manera de hacer universidad: una metodología propia, ActiveLearning, que sitúa al estudiante en el centro de todo. 

Esta manera de trabajar, respaldada con una tasa de empleabilidad de más del 96%, se basa en una formación rigurosa, potenciada con tecnología, y una confianza única en cada estudiante.

Cada alumno es el protagonista de su aprendizaje, dentro de cada materia y en la elección de su itinerario. 

Todo ello tiene una única misión: conseguir que cada alumno deje su huella; que su trabajo redunde en una mejora de su entorno más cercano y de la sociedad. Que viva y se desarrolle como persona y profesional con propósito. En esta línea tenemos proyectos únicos como el programa Estudia y Trabaja, destinado no solo a que puedan financiarse sus estudios, sino a que aprendan con el trabajo remunerado a formarse como personas responsables, autoexigentes, maduras, confiables, etc.

Por todo esto, cuando terminan sus estudios, están en condiciones de incorporarse desde el primer momento como profesionales reales y podemos decir que no solo han pasado por la Universidad Villanueva, sino que Villanueva ha pasado por ellos.