Margarita Medrano, responsable de Proyectos Europeos de CECE, ¿qué te cuentas?
- Comunicación

- hace 22 horas
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Margarita Medrano es la responsable de los proyectos europeos de CECE, liderando todo el ciclo de los mismos: desde la elaboración de propuestas y la coordinación de consorcios internacionales hasta la implementación técnica, el seguimiento presupuestario y la elaboración de informes finales. Actualmente gestiona seis proyectos internacionales dentro de los programas Erasmus+ y CERV, enfocados en la equidad, inclusión educativa y desarrollo de capacidades en los centros asociados. Su labor incluye el apoyo estratégico a los equipos educativos, garantizando que los proyectos europeos se traduzcan en un impacto tangible y sostenible en la comunidad educativa.
Su trayectoria comienza con la formación en Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos, a la que más tarde suma un máster en Development Studies en el ISS de la Erasmus University de Rotterdam, que reforzó su interés por las políticas sociales y el trabajo internacional. A lo largo de estos años, Margarita ha pasado por distintas organizaciones europeas e internacionales —como EFEE en Bruselas, CARE Climate Justice y el propio ISS— combinando gestión de proyectos, investigación y trabajo con equipos multiculturales.
Todo este recorrido la ha llevado a su posición actual en CECE, donde aplica esa experiencia para impulsar proyectos que buscan un impacto real en el ámbito educativo.
1. Margarita, para quienes aún no lo conocen, ¿en qué consiste el servicio de Proyectos Europeos que CECE ofrece a los centros asociados?
Desde CECE ofrecemos un acompañamiento integral para que los centros puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece la Unión Europea en materia de educación. Esto incluye desde el asesoramiento inicial —para explorar qué tipo de proyecto encaja mejor con las necesidades de cada centro— hasta el apoyo en la presentación de propuestas, la gestión administrativa y financiera, la comunicación con las agencias nacionales y el seguimiento técnico del proyecto. Nuestro objetivo es que los centros puedan participar en proyectos europeos sin que la carga burocrática se convierta en un obstáculo.
2. Acompañáis a los centros en todo el proceso, desde la idea hasta la ejecución. ¿Qué tipo de apoyo práctico suele ser más valioso para ellos?
Lo que más valoran es tener un apoyo cercano y constante. En la práctica, eso significa ayudarles a aterrizar sus ideas, traducir los requisitos del programa Erasmus+ a un lenguaje comprensible y acompañarles en cada fase: desde preparar la solicitud hasta gestionar el presupuesto, justificar actividades, coordinar reuniones o subir documentación. Muchos equipos docentes no tienen tiempo para dedicarse a la parte administrativa, así que saber que tienen a CECE detrás para guiar e intervenir cuando hace falta les da muchísima tranquilidad.
3. Para muchos centros, presentarse a una convocatoria puede imponer. ¿Qué les dirías para animarles a dar el paso y aprovechar este recurso?
Es completamente normal sentir respeto por las primeras convocatorias, pero no están solos. CECE les acompaña de manera muy cercana y personalizada. Además, los proyectos europeos no solo aportan financiación: abren puertas a formaciones, intercambios, innovación pedagógica y conexiones internacionales que enriquecen muchísimo al centro. Mi mensaje sería: empezar siempre merece la pena. Incluso cuando una propuesta no resulta seleccionada, el aprendizaje obtenido pone al centro en una posición mucho más fuerte para la siguiente convocatoria.
4. Nuestro lema este curso es “Primero, lo primero: las personas”. Desde tu experiencia, ¿cómo pueden los proyectos europeos ayudar a mejorar el día a día de alumnos, docentes y equipos? Los proyectos europeos son, en esencia, una inversión en las personas. Permiten que los docentes se formen en metodologías innovadoras, que los equipos directivos se conecten con otras realidades educativas y que los alumnos vivan experiencias internacionales que amplían sus horizontes. También ayudan a introducir cambios muy concretos —nuevos recursos digitales, prácticas inclusivas, herramientas para la convivencia o programas de bienestar— que transforman el día a día del centro. Al final, lo más valioso es que fomentan una cultura de mejora continua y colaboración.
5. Si pudieras decirle algo a “los que mandan” (las autoridades públicas), ¿qué les dirías que hace falta para que el sistema educativo mejore?
Les diría que es fundamental apostar por políticas estables y a largo plazo, que permitan a los centros planificar y consolidar proyectos. También es clave invertir en formación docente continua, en innovación realista y en recursos que reduzcan la carga administrativa para que los equipos puedan centrarse en lo importante: enseñar y acompañar al alumnado. Y, por supuesto, incentivar la participación en iniciativas europeas, porque conectan nuestro sistema educativo con experiencias internacionales que ya están demostrando su impacto.




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