Cristina Esparch, directora de Las Tablas-Valverde ¿Qué te cuentas?
- Comunicación

- 19 sept
- 3 Min. de lectura
Cristina Esparch Dalmau es directora del colegio Las Tablas-Valverde y vicepresidenta de CECE Madrid. Además, es economista por la Universidad de Navarra, cuenta con el CAP por la Universidad de Girona y es Máster en Dirección de Colegios y Máster en Asesoramiento Educativo Familiar por la Universidad Villanueva. Es madre de familia numerosa y una persona firmemente comprometida con la educación.

¿Cómo se vive el inicio de curso desde la dirección de un colegio como Las Tablas-
Valverde?
Se vive de una manera muy especial. Por un lado, con la ilusión de volver a ver a los
alumnos que dan vida a nuestras aulas y a sus familias. Por otro, junto con el
profesorado, estrenar nuevos proyectos y nuevos retos, y resolver los imprevistos que
van surgiendo en el día a día.
Además de dirigir el colegio, eres vicepresidenta de CECE Madrid. ¿Qué implica
esta responsabilidad en tu día a día?
Ser vicepresidenta de CECE Madrid supone, por un lado, un honor y un motivo de
agradecimiento, ya que es una oportunidad para aportar mi experiencia y colaborar en
todo lo que esté en mi mano. Y, por otro lado, implica una gran responsabilidad,
porque significa estar en contacto con otros colegios e instituciones, compartir buenas
prácticas y mantenerme siempre actualizada sobre lo que sucede en el ámbito
educativo, tanto a nivel normativo como pedagógico. En definitiva, es un papel que
requiere dedicación, apertura y compromiso con toda la comunidad educativa.
¿Cuáles son los principales retos que consideras que afronta un centro educativo
este curso?
Pienso que son variados:
a) Acompañar a los alumnos no solo en lo académico, sino
también en todo aquello que repercute sobre su aprendizaje, ayudándoles a
desarrollar competencias, valores y habilidades para la vida.
b) Seguir avanzando en
metodologías activas, en el uso responsable y eficaz de la tecnología y en la formación
continua del profesorado.
c) Fortalecer la relación con las familias: consolidar la
confianza mutua y la comunicación fluida.
d) Adaptarse a los cambios normativos y
sociales e integrar los distintos protocolos para garantizar que los colegios sean
espacios seguros y abiertos.
Aunque el papel de directora es muy exigente, ¿qué es lo que más disfrutas de tu
trabajo?
Lo que más disfruto sin duda es la relación con las personas. Con los padres, porque
son los primeros educadores de sus hijos y trabajar a su lado es fundamental para el
crecimiento de cada alumno. Con el profesorado, que cada año asume nuevos retos y
consigue ponerlos en marcha con ilusión, esfuerzo y compromiso. Y, sobre todo, con
los alumnos, que son quienes realmente dan vida al colegio: su alegría, sus preguntas,
sus logros y hasta sus pequeñas dificultades dan sentido a todo lo que hacemos.
Si tuvieras que mandar un mensaje a las autoridades educativas, ¿qué les dirías?
Les diría que es fundamental que estén cerca de los centros: que nos conozcan de
primera mano, que nos escuchen y que podamos mantener una relación fluida y de
confianza, con el objetivo común de conseguir lo mejor de cada alumno y de la
educación.
Sería de gran ayuda que se buscara una forma de simplificar la burocracia, de modo
que los equipos directivos y docentes pudiéramos dedicar más tiempo a lo que nos
apasiona: enseñar, educar y acompañar a nuestros alumnos y sus familias. Estoy
convencida de que, entre todos, podemos encontrar formas más ágiles y eficaces de
gestión, que beneficien tanto a los centros como a las familias y, sobre todo, a los
alumnos.



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