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Ana Rivero, jefa de Cocina del Colegio La Dehesa de Humanes ¿Qué te cuentas?

Foto del escritor: ComunicaciónComunicación

Ana Rivero Martín es la jefa de cocina del Colegio La Dehesa de Humanes, centro asociado de CECE Madrid y que cuenta con nuestro colaborador Mediterránea como proveedor. Ana cuenta con un grado superior en Dirección de cocina, además de un máster en Educación y Pedagogía, y un grado superior en Dietética y Nutrición Humana.


Ana Rivero, jefa de Cocina del Colegio La Dehesa de Humanes (Madrid).
Ana Rivero, jefa de Cocina del Colegio La Dehesa de Humanes (Madrid).

¿Qué te cuentas, Ana? ¿A qué te dedicas? ¿Podrías contarnos un poco sobre tu día a día en la cocina del colegio y cómo organizáis las comidas para los alumnos?

Soy la jefa de Cocina del Colegio La Dehesa de Humanes. Cada mañana recibimos los suministros del día necesarios para preparar las comidas destinadas a los 700 niños y profesores que hacen uso de nuestro comedor. El proceso comienza con la elaboración de aquellos platos que requieren mayor tiempo de cocción, como las legumbres. Posteriormente, nos encargamos de las elaboraciones específicas para los alumnos con alergias alimentarias, que incluyen desde celíacos, alérgicos a legumbres, soja, frutas, entre otros.


Es importante destacar que, a diario, mantenemos una comunicación constante con la enfermera del centro, quien nos confirma las alergias y sus respectivas equivalencias, para asegurarnos de que todos los alumnos reciban la comida adecuada y segura.


Una vez que todas las preparaciones están listas, los platos se colocan en mesas calefaccionadas para garantizar que se mantengan en perfectas condiciones y a la temperatura ideal hasta el momento de servirlos. Finalmente, cuando comienza a llegar el alumnado y el personal docente, los platos se disponen en la línea de comida para su distribución.

 

No solo se educa desde las aulas. Desde "cocina", hay mucho que transmitir. ¿Qué impacto crees que tiene el trabajo de la cocina en la formación de valores y hábitos que acompañarán a los estudiantes más allá del colegio?

Desde mi perspectiva, la alimentación es fundamental en la formación de los estudiantes, no solo al ofrecer una dieta equilibrada, sino también al fomentar hábitos saludables que perdurarán a lo largo de su vida. Enseñarles la importancia de una alimentación balanceada también les transmite valores esenciales como el autocuidado y la prevención de enfermedades.


La hora del comedor es una excelente oportunidad para inculcarles valores como el respeto y la convivencia. En este espacio compartido, los niños aprenden a comportarse de manera educada y respetuosa.


Además, sabemos que muchos niños son reacios a ciertos alimentos, por lo que buscamos hacer las comidas atractivas y sabrosas, promoviendo así una actitud positiva hacia la alimentación saludable que contribuirá a su bienestar en el futuro. 

 

¿Cómo es la relación con los alumnos? ¿Puedes compartir algún momento o anécdota en el que hayas sentido que tu trabajo tuvo un impacto positivo en la vida de algún estudiante o en la comunidad escolar?

La relación con los alumnos es muy cercana, ya que pasamos un tiempo importante juntos durante la hora del comedor. Aunque no siempre es fácil, intento crear un ambiente acogedor y amigable donde los niños se sientan cómodos y valorados. La cocina no sólo es un lugar donde se sirven alimentos, sino también un espacio de interacción y aprendizaje.


Recuerdo una ocasión en la que un niño, que generalmente no se mostraba interesado en comer ciertos platos saludables como las legumbres, se acercó a mí y me dijo: "Hoy me han gustado mucho las lentejas, ¿cómo lo hiciste?". Fue un momento muy gratificante, ya que sentí que no solo había logrado que comiera algo saludable, sino que también le había despertado la curiosidad por probar nuevos sabores. Este tipo de momentos me motivan a seguir trabajando con pasión, sabiendo que, de alguna manera, impactamos positivamente en sus hábitos y en su percepción de la comida.


Además, la conexión con los estudiantes también se extiende a los profesores y al resto de la comunidad escolar. A menudo recibo comentarios positivos de los maestros sobre cómo los alumnos comparten sus experiencias sobre la comida, lo que demuestra que estamos creando una cultura de respeto hacia la alimentación y los hábitos saludables.


Beatriz Contreras, directora de Secundaria y Bachillerato del Colegio Pasteur.
Ana y su equipo preparan 700 comidas diarias para alumnos, docentes y personal del colegio.

¿Qué papel crees que juega la alimentación en el rendimiento académico y en el desarrollo personal de los estudiantes?

Una dieta equilibrada y nutritiva es clave para mantener altos niveles de energía, concentración y memoria, lo cual impacta directamente en su capacidad para aprender y rendir en el aula. Cuando los estudiantes reciben los nutrientes adecuados, su cerebro funciona de manera más eficiente, lo que se traduce en una mayor capacidad para concentrarse en las tareas y en una mejor disposición para enfrentar los desafíos escolares.


Además, una buena alimentación contribuye al bienestar general y al desarrollo emocional de los niños. Comer de manera saludable no sólo les proporciona los nutrientes que necesitan para crecer y mantenerse activos, sino que también favorece su estabilidad emocional y su autoestima. Sentimos que tenemos una responsabilidad con todos estos niños y que inculcándoles ciertos hábitos en la infancia podemos ayudarles en la salud de su futuro.

 

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo en el colegio y qué mensaje te gustaría transmitir a las familias sobre la importancia de una buena alimentación en el entorno escolar?

Lo que más me gusta de mi trabajo es ver cómo la comida que preparamos contribuye al bienestar y desarrollo de los niños. Además, disfruto mucho el desafío de elaborar los menús equilibrados, atractivos y adaptados a las necesidades de todos los niños. Ver a los niños disfrutar de una comida saludable y escuchar sus comentarios es un gran incentivo para seguir mejorando cada día.


A las familias, me gustaría transmitirles que la alimentación en el entorno escolar va mucho más allá de calmar el hambre. Es una herramienta fundamental para inculcar hábitos saludables desde una edad temprana. Al ofrecerles una dieta equilibrada, les estamos dando la base para un crecimiento óptimo, un mejor rendimiento académico y una relación positiva con los alimentos. Les animo a reforzar estos hábitos en casa, ya que juntos, escuela y familia, podemos formar generaciones más saludables y conscientes de la importancia de la nutrición.

  

¿Si pudieras pedir algo a “los que mandan” en educación, qué les dirías para que la escuela y la sociedad mejore?

Les pediría que otorguen a la alimentación escolar la importancia que merece dentro del sistema educativo. Un menú escolar saludable y equilibrado no es sólo una comida, es una herramienta para enseñar a los niños valores como el respeto por su cuerpo, el cuidado del medio ambiente y la importancia de tomar decisiones conscientes.


Por ello, sería fundamental disponer de mayores recursos para ofrecer alimentos frescos, de calidad, y para desarrollar programas de educación alimentaria que involucren tanto a los alumnos como a sus familias. También es necesario valorar más el trabajo del personal de cocina escolar, quienes no sólo preparamos comidas, sino que contribuimos directamente al bienestar y aprendizaje de los niños. Con estas medidas, la escuela podría ser un lugar donde no sólo se formen mentes, sino también hábitos que impacten positivamente a toda la sociedad.

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